En 1980, con la ayuda de un sacerdote estadounidense que trabajaba en la diócesis de San Juan de los Lagos, tres Maestras Pías comenzaron una nueva misión en México. Su obra ha sido inmediata y completamente dedicada al cuidado y educación de niños sin familia, retirados de la calle o huérfanos. La primera Casa Hogar, construida en Tepatitlán con la ayuda de muchos benefactores, ha dado una "casa" a innumerables niños y jóvenes, asegurándoles la posibilidad de crecer y luego formarse una familia y una vida serena e independiente. El trabajo educativo de las hermanas las ha llevado a hacerse notar por otras asociaciones que las han llamado a gestionar el ámbito educativo en otras casas Hogar en varias partes de los Estados de Jalisco y de Sonora en el norte de México. Varias jóvenes mexicanas, atraídas por el estilo de vida y el apostolado de las Maestras Pías, pronto aumentaron el número de religiosas. En el 2009 se inició un servicio de educación escolar en una escuela de Sichuicho en el estado de Michoacán entre las poblaciones indígenas. Las religiosas también participan en actividades catequéticas en las parroquias, en la pastoral vocacional, en la pastoral diocesana y en la atención a los más pobres en las periferias de la ciudad. Las Maestras Pías en México actualmente tienen cinco comunidades en tres estados: Jalisco (2 comunidades), Michoacán (1 comunidad) y Sonora (2 comunidades).

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